LOS MENORES VULNERABLES Y LA ADOPCIÓN COMO PARTE DE LA SOLUCIÓN AL PROBLEMA DE DESCOMPOSICIÓN SOCIAL EN MÉXICO.
México, es considerado en el mundo como un país difícil para poder adoptar, a decir de algunas de las autoridades en la materia esto se debe a la protección de los intereses de los menores para evitar que sean sujetos de explotación sexual, tráfico de órganos o trata de personas. Quintana Roo en lo particular, es considerado uno de los peores estados para adoptar y uno de los estados menos activos en esta materia, según el Centro de Estudios de Adopción A. C. (CdEA), entre los años 2007, 2008 y principios de 2009 en nuestro estado se dieron en adopción un total de 26 menores, mientras que en Jalisco se dieron en adopción un total de 461 menores. Se podría pensar que esto se debe al número de habitantes, sin embargo esto es incorrecto, ya que comparando nuestro estado con el estado de Campeche, en el mismo período, Campeche otorgó en adopción a un total de 38 menores, cabe señalar que Campeche tiene un 40% menos habitantes que Quintana Roo.
En entrevistas telefónicas con diversas autoridades estatales y municipales en la materia, en el período antes señalado, en el estado de Quintana Roo únicamente se otorgó una adopción a una pareja de origen extranjero, en dicho caso, el procedimiento tomó más de 3 años. Cabe señalar que este dato no se encuentra respaldado por el CdEA, según lo manifestó dicha organización en su página web, ya que a pesar de que se solicitó dicha información al sistema DIF estatal con fundamento en la ley estatal de transparencia, dicha información, respecto de las adopciones internacionales, fue omitida.
LOS MENORES VULNERABLES
El proceso para adoptar, aunque está cambiando y está claramente mejorando, es largo, engorroso y en ocasiones encuentra a su paso la negativa de una autoridad que sin mayor conocimiento sobre el tema, niega o rechaza la viabilidad por consideraciones propias y de carácter meramente personal, no derivados de un verdadero proceso sistematizado, confiable, seguro y ágil. Como los vimos en los antecedentes, la finalidad última de la figura de la adopción ha cambiado y cuenta ahora con una gran carga moral y responsabilidad social para el adoptante, mientras que para el adoptado implica una oportunidad de una alternativa de vida mejor, digna y acorde con los estándares internacionales sobre la materia. Así como la Suprema Corte de Justica de la Nación lo determinó, en la adopción se debe de tener como fin principal, el “interés superior de los menores” (Pleno SCJN, 2010), éste debería ser el parámetro a seguir, sin embargo, en muchas ocasiones no es así. Existen casos de parejas que pasado un tiempo y en vista del procedimiento tan complicado y a veces costoso, se deciden por abandonar el mismo o recurren a la llamada “adopción privada” (prohibida por la ley) que al día de hoy, a decir de algunas organizaciones no gubernamentales es mucho más recurrida que el procedimiento marcado por la ley. Entonces, ¿de verdad se están protegiendo los intereses de los menores?
Sobre este tema, el semanario Milenio, Jiménez, E. (2010) “Adoptar en México, un asunto sin ley”, Milenio Semanal, 31 de enero de 2010. Disponible en: msemanal.com/node/1833 Consultado el 11 de agosto de 2010, publicó:
“La falta de control de las adopciones en México alienta el mercado negro de niños y niñas, que en ocasiones son vendidos a parejas con buenas intenciones y en otros casos son utilizados en trata de personas para realizar trabajos forzados o explotación sexual…. En México las autoridades federales no cuentan con información actualizada de cuántos niños se tienen en los albergues, casas de asistencia públicas y privadas, ni en los albergues estatales y municipales del DIF, ni cuántos de éstos pudieran darse en adopción. Hasta el primer semestre del año pasado tan sólo 13 estados habían enviado información pertinente al DIF Nacional, y las cifras son dispares: Chiapas indicaba que sólo tenían 400 niños, mientras Tijuana dice contar con tres mil.”
Según Martínez, A. (2010), se señala que “con el argumento de la descentralización, se ha permitido a los DIF estatales actuar a su libre albedrío” (p. 2). En palabras de la propia Cecilia Landerreche Gómez Morín, entonces Titular del Sistema Nacional del DIF (SNDIF), en un discurso que ofreció durante las Mesas Regionales de Trabajo Sobre la Agilización del Proceso de Adopción, en la ciudad de Durango el día 6 de septiembre de 2009 manifestó datos alarmantes, como el hecho que durante los últimos años se han realizado un gran número de adopciones con escasa supervisión del DIF, tanto en el ámbito federal como en el estatal y en el municipal.
Más aún, de acuerdo con datos de UNICEF del año 2005, ese año había en México 1.6 millones de niños en grave estado de vulnerabilidad, ya fuera por orfandad parcial o total, accidentes, VIH, muerte posparto de la madre y migración laboral, entre muchas otras causas. Lo más grave es que, de acuerdo al mismo reporte, estos niños se encontraban en situación de calle, albergues clandestinos, en casas de otros familiares o en proceso de migración. En otras palabras, estos 1.6 millones de niños, jamás llegaron a las instancias institucionales adecuadas. El sistema nacional DIF, los 32 sistemas estatales y las diversas instituciones de la sociedad civil, operaban al finalizar el 2010, una red de 657 centros de atención, de los cuales aproximadamente el 10 por ciento son centros asistenciales de los sistemas DIF (68) y el resto pertenece a instituciones de la sociedad civil (589).
Cabe señalar que según la información obtenida por el CdEA, el número de menores institucionalizados, asciende a un total de 17,759 niños, prácticamente la mitad de los que reporta el SNDIF y prácticamente menos del 11% de lo que debería ser según datos de la propia UNICEF. Es importante mencionar que el sistema DIF de Quintana Roo, reportó en el mismo 2009 un total de 94 niños institucionalizados, cantidad que claramente podemos ver no corresponde con nuestra realidad.
LA ADOPCIÓN COMO PARTE DE LA SOLUCIÓN AL PROBLEMA DE DESCOMPOSICIÓN SOCIAL EN MÉXICO
La llamada guerra contra el narcotráfico que libra el Gobierno Federal de México y de la cual han resultado severamente dañadas varias organizaciones criminales, ha dado como resultado el reclutamiento, por parte de bandas delictivas, de menores con pocas o ninguna expectativa sobre su futuro. A través de los diversos medios de comunicación hemos conocido casos de menores que trabajan para alguna banda criminal como mensajeros, narco-menudistas e incluso como gatilleros. La falta de una estrategia clara, que atienda las necesidades y que le de esperanza a los niños y jóvenes de nuestro país, pone en riesgo no sólo el futuro de ellos, sino el de toda la nación.
La adopción es una figura que definitivamente puede y debe ser promovida, no sólo entre aquellas personas que no pueden tener descendencia de manera natural, sino entre cualquier persona, de cualquier nacionalidad, de cualquier sexo o de cualquier credo religioso, siempre y cuando demuestre ser una persona o pareja que puede ofrecer una alternativa de esperanza y mejor futuro para el menor, atendiendo siempre su interés superior. Promover la figura de la adopción entre nacionales y extranjeros, no implica de ninguna manera descuidar la seguridad del proceso, ni poner en riesgo al menor. Se hace imprescindible generar estrategias que hagan de la adopción un procedimiento ágil, transparente y efectivo, que otorgue seguridad jurídica, tanto a los adoptados como a los adoptantes, pero que sobre todo le otorgue una oportunidad de un mejor futuro a los menores que no están favorecidos con un hogar y una familia.
En la tercera parte de este serial se abordará el tema los requisitos, el procedimiento y la adopción hecha por extranjeros.
Acerca del los autores: Gustavo Calderón es abogado independiente y profesor de derecho de familia. Patricia Clemente es estudiante de la licenciatura en Derecho. Ambos autores son parte de la firma CHF Calderón & Asociados en Playa del Carmen, México. Para más información acerca de esta firma, visite www.chfmexico.com o contáctenos vía e mail a info@chfmexico.com La copia, distribución o publicación de este artículo, total o parcial, está permitida siempre que el trabajo sea atribuido a sus autores exactamente como se menciona en este párrafo.