A finales del año pasado fuimos contactados por una congregación de religiosas que habían sufrido la invasión de un inmueble adquirido por ellas años atrás y que proyectaban destinar a un albergue y casa de ayuda para mujeres que sufren maltrato por parte de sus parejas. Esta congregación cuenta con más de 10 casas de este tipo a lo largo y ancho del país, en Quintana Roo ya cuentan con una de estas casas en la ciudad de Cancún. Desafortunadamente Playa del Carmen tuvo que esperar para tener su propio albergue y es que al poco tiempo de haber comprado el inmueble que utilizarían para estos fines, sufrieron el despojo del mismo cuando un grupo de personas provenientes de otro estado de la república se introdujeron al inmueble indebidamente para habitarlo.
La congregación en cuestión se conforma de mujeres religiosas que deciden dar su vida no sólo a la religión en la que ellas creen, también entregan su vida a Dios y a su misión de dar cobijo y amparo a mujeres víctimas de la violencia, del machismo, de la carencia de valores y sobre todo de la ignorancia. Como muchas otras organizaciones, ésta es una de las que vive de los donativos de personas que simpatizan con su misión, desafortunadamente y como en muchos casos, estos donativos no siempre son suficientes y hay épocas donde la subsistencia se convierte en un problema cotidiano. Dadas estas circunstancias, la búsqueda de ayuda para resolver el despojo que sufrían se volvió complicado y pasó a segundo término.
Momentos después de recuperar la posesión de la propiedad.
Debido a que nuestra firma no se especializa en asuntos de carácter penal, en un principio nos resistimos a tomarlo y se pensó en la posibilidad de referirlo a alguien más, desafortunadamente la cultura del trabajo Pro-Bono es muy desconocida en nuestro país y no encontramos quien estuviera dispuesto a llevar este asunto sin costo alguno. Dada la gran labor que estas mujeres realizan nos vimos obligados, moralmente, a ofrecerles todo lo que estuviera en nuestras manos y recursos para resolver su problema, por lo que al poco tiempo iniciamos con el procedimiento legal que correspondía, haciendo saber a la autoridad, por medio de una denuncia de hechos, el grave delito del cual habían sido víctimas las religiosas que ahora eran nuestras representadas.
Aunque sabíamos que eventualmente la justicia nos daría la razón, también estábamos conscientes de que sería un proceso largo y quizá costoso, por lo que independientemente de las acciones legales iniciadas decidimos negociar. Es así que empezamos a tener acercamientos con los invasores y al pasar los días establecimos una buena comunicación con ellos. Al final, la negociación fue nuestra mejor arma, aunque se había cometido un delito y aunque habíamos recurrido a las instancias legales correspondientes, decidimos concentramos en buscar una solución amigable, pacífica y que ofreciera seguridad jurídica a todas las partes involucradas.
Finalmente en enero pasado llegamos a un convenio, donde reconociendo su necesidad, se les permitió habitar por tres meses más el inmueble, con la condición de que lo desalojaran pacíficamente al término de este tiempo y así fue, hace unas semanas, los invasores dejaron el inmueble en cuestión por su propio pie, lo más importante de todo es que lo dejaron convencidos de que lo que habían hecho era contrario a la ley, que aunque habían violado la misma en algunas ocasiones se puede rectificar y tener finales que sean felices para todos. Muy pronto Playa del Carmen contará con un nuevo centro de apoyo a la mujer y en Calderón & Asociados nos enorgullece el haber contribuido a que esto suceda en aras de un mejor futuro para nuestra hermosa comunidad.
Acerca del Autor: Gustavo Calderón es Licenciado en Derecho y profesor universitario. Reside y trabaja en la ciudad de Playa del Carmen donde presta sus servicios, principalmente, a la comunidad extranjera en México. El Lic. Calderón cuenta con más de 10 años de experiencia en el campo profesional de los Bienes Raíces y el Derecho Corporativo. Usted lo puede contactar directamente en la siguiente dirección: gustavo@c-a.mx