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El día de hoy, 30 de noviembre de 2011, quedará marcado como una fecha histórica en la vida jurídica y social de Quintana Roo, ya que aunque casi desapercibido y con poca cobertura, se celebraron los dos primeros matrimonios entre personas del mismo sexo y lo más interesante es que estos matrimonios se realizaron sin realizar modificación alguna a la legislación vigente en el estado. He aquí un pequeño análisis de este interesante acontecimiento.

La materia civil y el manejo de los registros civiles corresponde a cada una de las entidades de la República, por lo que cada Estado de la República cuenta con su propia legislación y registros en materia civil. Al Distrito Federal, aunque no es un Estado, por disposición constitucional se le permite que su asamblea legisle la materia civil y que sus autoridades manejen su propio registro civil. Partiendo de estas ideas es que en la Ciudad de México se emprendió una reforma para que en 2010 su código civil tuviera una redacción que hablara más de “personas” que de “hombres” y “mujeres”, se hicieron también algunas adecuaciones a las actas del Registro Civil y en general se preparó todo el terreno para dar inicio a este tipo de uniones de una manera armoniosa y congruente, esto desde luego fue un proceso que precisó de tiempo, discusiones y mucho estudio para su implementación.

En Quintana Roo la situación fue diferente, desde hace años, existen voces que se levantan pidiendo que se permitan los matrimonios entre personas del mismo sexo en esta entidad, no sólo por el respeto y reconocimiento a las libertades civiles de las personas por igual, sino también, hay que decirlo, por la derrama económica que estas uniones pueden dejar al estado, considerando la vocación natural que Quintana Roo tiene por el turismo.

El Código Civil de Quintana Roo, es uno de los más recientes del país, data de 1980 y cuando se elaboró, se procuró que integrara algunas nuevas ideas y corrientes que existían en aquél tiempo. Sin embargo, el trabajo no fue armonioso en su totalidad, el legislador por una parte trató de ser innovador y por otra, copió a la letra, una gran cantidad de artículos del Código Civil Federal vigente en aquellos años, de tal suerte que esta técnica legislativa favoreció a quienes desde hoy son consortes y que tienen el mismo género. Es así que el código local contiene los requisitos que debe de cumplir el hombre y los que debe cumplir la mujer para contraer matrimonio, pero en ninguna parte establece que el matrimonio tenga que realizarse entre un hombre y una mujer.

Entonces ¿porqué nunca se realizó un matrimonio entre personas del mismo sexo antes?, quizá porque nadie lo intentaba o quien lo intentaba desistía ante la negativa de las autoridades. Todo esto fue el resultado de esfuerzos emprendidos por un grupo de personas conformadas por dos parejas del mismo sexo que deseaban contraer matrimonio entre sí, abogados, activistas y organizaciones pro- lésbico-gay que se dieron a la tarea de sentar el primer antecedente de un matrimonio celebrado entre dos personas del mismo sexo ante una autoridad quintanarroense.

¿Cómo lo hicieron? Aparentemente las parejas solicitaron debidamente la celebración de su matrimonio cumpliendo con todos los requisitos establecidos en la ley, su solicitud fue rechazada o ni siquiera admitida, al menos dos veces. Después lo intentaron nuevamente en el municipio de Lázaro Cárdenas, invocando aquél principio que reza que “los gobernados podemos hacer todo aquello que no está prohibido” en concordancia con el artículo 1ro constitucional que prohíbe la discriminación de las personas por su género y por sus preferencias, sumado a las penas que impone la legislación penal local para quien cometa actos de discriminación. Obviamente todas estas reglas ya estaban ahí, solo faltaba que alguien las armara, hiciera uso de ellas y se encontrara con una autoridad con un criterio jurídico suficientemente amplio para entender, admitir y dar trámite a una solicitud de este tipo.

Para la relevancia de este tema, la celebración de estos matrimonios fue poco difundida y hasta cierto punto sorpresiva, recordemos que Quintana Roo es una entidad donde recientemente los legisladores decidieron que quien comete un aborto debe ser castigado y tratado igual que un homicida, por lo que es difícil pensar que legisladores y autoridades con ese criterio van a aceptar tan fácilmente matrimonios entre personas del mismo sexo. Lo cierto es que se sientan los primeros antecedentes y se empieza a abrir brecha en este tema, al cual aun le falta un largo camino por recorrer, serán interesantes las reacciones y pronunciamientos de autoridades, personajes de la vida pública local y grupos sociales en los prn cae constantementeos, de tal suerte que dicha legislaciidades y grupos sociales. Por lo pronto unedentes y se abre brecha a unóximos días sobre este tema. Por lo pronto, felicidades a los nuevos consortes y que los debates que vengan fluyan en un ambiente de respeto, tolerancia y con argumentos sólidos e inteligentes.

 

Acerca del autor: Gustavo Calderón es abogado especialista en inversión extranjera y derecho corporativo en México, también es profesor de derecho familiar y mercantil en diversas universidades. En la actualidad Gustavo reside en la Riviera Maya y forma parte de la firma Calderón & Asociados. Para contactarlo escriba a info@c-a.mx o a través de la página web www.c-a.mx. Se permite la distribución parcial o total de esta publicación, siempre y cuando se reconozca y mencione la autoría de Gustavo Calderón.